ENTRE LÍNEAS
No seré feliz pero tengo
chocolate. Enciendo la tele y veo modelos espectaculares con tops ajustados a
curvas perfectas. Vaqueros que reposan sobre vientres extraplanos dibujados con
tiralíneas. Sonríen continuamente. Parecen felices.
Me empiezo a deprimir y corro desesperadamente a la cocina. Abro un cajón y saco un trozo de chocolate. Lo tomo con desasosiego, pero, cuando se deshace en mi boca, siento un placer infinito. Vuelvo al salón. Presionó elbotón "off" del mando y cojo una novela de la estantería. Me meto en la cama formando un improvisado atril con mis piernas. Son tersas y bonitas. Me siento sexy. Enseguida me adentro en la historia que leo y siento que la felicidad no está en las monótonas líneas del cuerpo, sino entre las fascinantes líneas de un libro. Entonces entiendo que también es intermitente.
Me empiezo a deprimir y corro desesperadamente a la cocina. Abro un cajón y saco un trozo de chocolate. Lo tomo con desasosiego, pero, cuando se deshace en mi boca, siento un placer infinito. Vuelvo al salón. Presionó elbotón "off" del mando y cojo una novela de la estantería. Me meto en la cama formando un improvisado atril con mis piernas. Son tersas y bonitas. Me siento sexy. Enseguida me adentro en la historia que leo y siento que la felicidad no está en las monótonas líneas del cuerpo, sino entre las fascinantes líneas de un libro. Entonces entiendo que también es intermitente.
(Microrrelato seleccionado
por la editorial "Diversidad literaria" para el concurso "No seré
feliz pero...")
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